martes, 17 de julio de 2012

Viernes negro

Un desastre, lo sé. Y no hay excusa… pero entre que no tengo presión por escribir, ya que sólo me leo yo :), mi bebé, el que está en camino y todo lo demás… intentar pasar un minuto en silencio dejando que mis manos hablen es imposible. Pero hoy algo ha cambiado. Puede que sea todo lo que pasa alrededor. He intentado que no me afecte. Me escudo en una burbuja imaginaria creando un espacio donde está prohibido hablar de hipotecas, recortes, crisis… me toco la barriga que protege a la pequeña Gabi, respiro hondo y pienso en el bebé que tengo a mi lado. Hasta ahora funcionaba, o al menos a medias. Pero ya no. se ha pinchado. Ya es inaguantable. Hoy piso fuerte con mis tacones y digo en voz bien alta que me he cansado de tener miedo. No soy yo la que tengo que tener mal dormir pensando en el futuro incierto de mi trabajo (que sudor de mi frente y horas de estudio me ha costado). No soy yo la que tiene que tener miedo del político de turno que cobra 20 veces más que yo, que no se hace recortes, ni se quita la paga extra. Yo no he robado, ni he mentido, ni he manipulado. A mi no me han elegido los ciudadanos ni he aplaudido mientras anunciaban el recorte del paro, sanidad o educación. No. si alguien tiene que pasar miedo es el de arriba, al que no le tiembla la voz a la hora de anunciar la que se nos viene encima. Porque todos los días son viernes negros.